25 febrero 2007

La historia de cómo encontré a mi grupo favorito
La leyenda cuenta que había una vez una banda de rock. Firmaron un pacto con el diablo para ser el grupo de rock más grande de todos los tiempos. Los costos fueron altos, uno de ellos debió entregar su vida, pero valió la pena.
Hace ya cuatro años que me topé con Led Zeppelin. Lo recuerdo bien, fue un domingo, en una venta de bodega de una disquería online, en un pequeño departamento de Santiago. La mayoría de la música exhibida era metal, con todas sus variantes. Era lo que escuchaba antes de conocer a Zeppelin. Pero justo en ese tiempo me estaba hartando del rock pesado. Estaba chato del doble bombo y los solos de guitarra a mil por hora, y buscaba algo más simple, pero no necesariamente con menos energía (que es lo que busco en la música).
Ya llevaba unos diez minutos viendo las carátulas, cuando de repente me fijo en una en particular. Era simple, de fondo blanco, con cuatro tipos muy rockeros: uno tocando una guitarra doble, un típico vocalista glam medio afeminado y dos hippies tocando el bajo y la batería. “Led Zeppelin – How The West Was Won”. Obviamente el nombre de la banda me sonaba, no hay nadie que no conozca los acordes de Stairway to Heaven, además me gustaba un cover metalero de Black Dog. Pero me sonaban a rock añejo, a viejos hippies. Doy vuelta la caja blanca del disco ¡Tres discos en vivo, con canciones de más de 20 minutos! No podía ser malo. (Dream Theater me había formado el gusto por las canciones largas). Pregunto el precio, d’oh! 14 lucas, filo, lo bueno no suele ser barato. También me compré un disco de Racer X: más de aquel metal virtuoso por si mi intuición sobre Zeppelin fallaba. Me basta con contar que el disco de Racer X lo escuché una vez, y lo tengo casi nuevo por si alguien quiere comprármelo.
Led Zeppelin me golpeó la cabeza como ningún grupo antes lo había hecho. Desde el momento en que metí el primer disco a mi computador, me cambiaron los oídos. Nunca más volví a escuchar como antes. Luego de una breve intro, paff!!! un sonido endemoniado salía por mis parlantes. Un pesadísimo, casi metalero, riff de guitarra abría el disco, sobre una igual de pesada base rítmica. Y de repente, como el trueno en la tormenta, un grito estruendoso. No decía nada, solo un largo Ahhh!, como un grito de guerra vikingo. Era Immigrant Song, puro rock concentrado en solo dos minutos. En todo caso, la versión en vivo suena mil veces más pesada que la original del III. Y la cosa seguía. Primero venían los temas más rockeros: Heartbreaker, Black Dog, y de a poco el disco iba en decrescendo, con la hermosa Over The Hills And Far Away (una de mis favoritas), Since I've Been Loving You y la clásica Stairway To Heaven (la mejor canción de rock de todos los tiempos), para terminar con tres temas acústicos bien folk, Going To California, That’s The Way y la impronunciable Bron-Yr-Aur Stomp.

Eso fue el primer disco. Dentro de los diez temas -que variaban en estilo desde el folk y el blues hasta el rock and roll más pesado- no había ninguno fome o que sonara mal, todos eran geniales. Los otros dos discos tenían temas largos e improvisaciones, Dazed and Confused y Whole Lotta Love, además de más clásicos como Rock and Roll, The Ocean y What Is And What Should Never Be. Era el mejor disco que había comprado.


Ese domingo comenzó mi vicio por Led Zeppelín. En la noche pasé el disco al computador y al minidisc, para escucharlo todo el rato, como dicen las minas tontas, en el metro, en la calle, en la universidad, donde sea. Y de ahí no he parado de escucharlos, casi todos los días. Después bajé los Remasters, que son los típicos "The Best Of" pero remasterizados. Cuando lo escuché fue como “¡mierda, hay más temazos que no están en el How The West!”. Ahí estaban la magna The Song Remains The Same, la funky Trampled Underfoot y la épica Achilles Last Stand. Además de Ramble On, No Quarter, Houses Of The Holy… Estuve tres meses escuchando los Remasters y luego bajé toda la discografía. También empecé a leer sobre Zeppelín, los músicos y su música. Hasta me compre una biografía por Amazon. El siguiente paso es comprarme un tocadiscos y escuchar los clásicos en su materia original, en vinilo. ¿No será mucho? Demás que sí, pero cada vez que pongo Trampled Underfoot o The Song Remains The Same, pierdo en parte la racionalidad, sus guitarras me sacuden el celebro. Zeppelin te vuelve loco (por lo menos a mí). Bueno, supongo que ya saben cual es mi grupo favorito. Puedo seguir escribiendo, pero esto se está haciendo latoso de leer...

4 comentarios:

María Fernanda Baldrich dijo...

No hay relación sentimental más increíble que la que empieza un día cualquiera, que te sorprende como una cachetada cuando vas caminando con la cabeza llena de pajaritos.
Te dice a la cara "siempre he estado ahí" y tú te golpeas la frente porque sólo reparaste en ella después de años...

No hay encuentro más memorable que cuando chocas con la que se transformará en tu banda favorita de todos los tiempos. Tu soundtrack, esa música y acordes que cada vez que tocan tu piel, te erizan los pelos. Esas ondas sonoras -y no otras- que se meten en tus oídos, se pasean por tus cerebro y cuando llegan al torrente sanguíneo no se van más. Se alojan entremedio de los ventrículos del corazón para siempre. Y laten contigo. En el metro, en la calle y en los pasillos de la U. También en el vapor de la ducha.

"Leurs yeux se rencontrèrent"... el romance se inició y aunque a veces pasen semanas o meses sin poner el disco, leer la biografía o acariciar las melodías, siempre seremos fieles al primer amor musical.

Salud, amigo, por Led Zeppelin y, no te olvides, por Freddie Mercury también!

XD

Besos,

Feña

Juan Manuel dijo...

God save the Queen!!! En algún momento me tendrás que contar cómo fue que el vozarrón de Mercury y la elegante guitarra de May se alojaron en tu cabeza. Seguro lo recuerdas bien =)

riffka dijo...

Yo no se si esperas que te escriban de sus propias experencias, pero mi grupo favorito es por lejos Led Zeppelin, a mi el fanatismo me comenzo a los 16 años ( tengo 23). Un dia escuchando radio, escuche since ive been loving you, casi me mori era por lejos la mejor cancion del mundo y mi poca experiencia musical me hizo pensar q era janis joplin. Luego de averiguar quien era me di cuenta q era Led Zeppelin , ahi me puse a bajar como loca a comprar cd a comprarme poleras etc etc. Al principio no escuchaba nada mas pero con el tiempo empece a conocer a otros grupos pero aun asi Led Zeppelin sigue siendo mi grupo favorito.

Anónimo dijo...

huuuu si led zeppelin es la banda mas grande
y de eso q te vuelve loco es totalmente verdad
solo escucharlo una vez te conquista el alma
aunq algunos no
igual bkn porq no se funa y no se va a funar jamas
solo el bien oido ama a led zeppelin
y toda su historia
y recordar por siempre al gran amado bonzo.
y de su reecuentro ni hablar
con jason bonham en bateria
hijo del gran bonzo en fin

saludos
y sigue asi
q esta banda nunk mas se te saldra del alma!.

::when the levee breaks::