Massive Rock

Iron Maiden - A Matter of Life and Death

¡Pónganse a rezar malditos cristianos, que los príncipes del heavy están de vuelta! y ni el Cardenal Medina ni el mismo Papa los podrán parar esta vez. “A Matter of Life and Death” es el nombre de la nueva placa de la Doncella de Hierro. No sorprende el nuevo título, pues la muerte es una temática recurrente dentro de su música (los discos “Live After Death”, “Dance of Death”, “Killers”, etc…) ¿Por qué cantarle a la muerte? Sé que es un tema trillado dentro del metal, pero toma más sentido para una banda que ha desafiado la vida y se ha negado a morir. Maiden sobrevivió a la extinción masiva de grupos de metal a principios de los ’90, y lo que es más difícil, mantuvo su estilo. Pero lo que es aún más es sorprendente, es que a diferencia de los “grupos zombies”, que sólo se mantienen parados gracias a sus clásicos de hace 20 años (Metallica, Black Sabbath, entre muchos otros.), Maiden está constantemente creando nuevos himnos. Hubieran visto al público volviéndose loco con los primeros acordes de “The Wicker Man” (un tema del 2000), al comienzo del concierto en Santiago el 2001.
“A Matter of Life and Death” es un disco más complejo, progresivo y quizás oscuro que los dos anteriores, pero sigue fiel al característico sonido de Maiden, con el bajo galopante marca registrada de Steve Harris, las guitarras gemelas (y ahora trillizas) de Gers, Smith y Murray, el peso de la batería de Nico, y la bien mantenida voz de Bruce Dickinson. “Pilgrin” y “The Reincarnation of Benjamin Breeg” están pintados para nuevos clásicos de la banda. Lo único que falta es que vengan a deleitar a la numerosa horda de chilenos que posee una polera de Maiden guardada en el closet.

The Wicker Man en el Rock in Rio 2001