02 junio 2007

Odio la Rolling Stone

Anque no dejo de comprarla, odio está revista que se cree tan bakán. El mismo hecho de que haya una revista tan importante me molesta. Es verdad, tiene historia, le tocó cubrir hitos importantes del rock cómo la revolución hippie o el fugaz movimiento grunge. En todo caso no hay mucho con que compararla, menos en nuestro país. Mejor dicho nada. No hay medios de rock en Chile, salvo algunas revistas especializadas amateur (como Rockaxis o Grinder). Mirando para afuera la cosa cambia, pero hay que leerlas por Internet. Por ejemplo, me gusta NME, una revista inglesa de rock (obvio) británico. La Rolling Stone es una revista americana que históricamente ha mirado en menos al rock inglés, salvo la primera invasión de los ’60. Y como todos sabemos, el mejor rock proviene de la isla. Creo que Bruce Springsteen tiene más portadas que Pink Floyd y Led Zeppelin juntos.

Además tenemos que mamarnos la edición chilena, y aguantar que vacas sagradas del rock chileno, como Jorge Gonzáles, Claudio Narea y Álvaro Henríquez (este último más vaca que sagrada, llenen sus páginas. Lo que se supone debería ser una plataforma para el reconocimiento de nuevas bandas, aca no es más que una revista mamona con nuestros rock stars al peo. Y al mismo tiempo me duele un poco la vista ver a Sergio Lagos en la que ha sido la vitrina de los grandes del rock mundial. Pues así cualquiera sale en la portada de la Rolling Stone, y pierde toda la magia. Así que prefiero mil veces la edición gringa o la argentina, que tienen mucha más experiencia en esto del periodismo de rock

Pero lo que más me molesta de la revista es que sus periodistas sean tan presuntuosos para decir lo que es malo y lo que es bueno en la música. Y lamentablemente para muchos la Rolling es la biblia. ¡Que más presuntuoso que eso! Es súper cool escribir ahí, pero por lo mismo es súper fácil caer en la arrogancia de pensar que tú decides lo que es bueno y lo que es malo.

La Rolling se ha convertido en una institución del rock, algo como la sagrada inquisición. En una máquina corporativa que dice lo que es cool y lo que no lo es, algo parecido al triste desastre de MTV. Algo que es capaz de ponerle precio y venderte el mensaje de una banda, aun cuando ese mensaje esté en contra del consumismo. Me quedo con el mensaje de la polera de Kurt Cobain en la portada de la Rolling Stone: “Corporate Magazines Still Suck”. Y así como él, que igual aceptó ser portada de la Rolling Stone, yo la sigo comprando.



1 comentario:

José Ignacio Díaz dijo...

¡Larga vida al rock y al metal compañero headbanger!
Una revista no debería decirte qué escuchar. Es el mismo disco el que te grita (pero no para que cambies, sino para sentirte tú mismo) y tu oído el que decide si es una obra maestra o un bodrio.

Aguante